La jugadora sueca llevaba 19 días esperando el procesamiento de su solicitud de retiro y no había recibido respuesta de atención al cliente a pesar de los múltiples correos electrónicos. Los agentes del chat solo le aseguraron que se gestionaría pronto. El problema seguía sin resolverse, ya que la jugadora no respondió a las consultas del Equipo de Quejas, lo que provocó el rechazo de la queja.






