La jugadora sueca había pasado años jugando en el casino Amok, pero sus depósitos aumentaron significativamente durante marzo y abril de ese año, llegando a 200.000 en un mes. A pesar de este comportamiento anormal, el casino no preguntó por su bienestar. La jugadora había solicitado bonos varias veces al día e incluso había comenzado a pedir préstamos por SMS para poder jugar. Su cuenta había sido verificada desde 2021 y creía que el casino debería haber reaccionado ante el aumento de sus depósitos. Sin embargo, como ella no había tomado ninguna medida para impedir sus depósitos ni había indicado ningún problema de juego al casino, concluimos que el casino no estaba obligado a monitorear sus depósitos. Por tanto, la denuncia había sido archivada por injustificada.