El jugador de Nigeria había apostado tanto por el jugador como por la banca en un juego de baccarat y le ganó al jugador. Sin embargo, las ganancias no fueron acreditadas y se les informó que habían perdido ambas apuestas, lo que el jugador cuestionó. El casino devolvió el dinero y anuló la apuesta. El jugador no confirmó claramente la resolución, por lo que la denuncia fue rechazada.