A la jugadora de Connecticut le habían depositado sus ganancias de $550 en su cuenta y posteriormente DraftKings las había retirado. Su banco había confirmado transacciones inusuales y le había reembolsado. Sin embargo, DraftKings luego bloqueó su cuenta y afirmó que debía dinero, negándose a proporcionar un historial de transacciones para compararlo con los extractos bancarios. El equipo de quejas intentó comunicarse con el jugador para obtener más información, pero no recibió respuesta. En consecuencia, el equipo no pudo investigar más a fondo y tuvo que rechazar la denuncia.