El jugador finlandés experimentó un cierre repentino de su cuenta mientras jugaba en Octocasino y no estaba seguro de si esto estaba relacionado con una prohibición de juego previamente autoimpuesta. Había solicitado el reembolso de los 7 euros restantes en su cuenta, pero también creía que las circunstancias justificaban la devolución de su depósito completo de 70 euros. El Equipo de Quejas había entablado un diálogo detallado con el jugador y el casino para comprender la situación. Después de varias rondas de comunicación y seguimiento, el casino acordó reembolsar el depósito del jugador. A pesar de los retrasos iniciales, la jugadora finalmente recibió su reembolso.