La jugadora de Australia había informado que su hijo menor de edad había utilizado sus datos personales para apostar en un casino en línea, lo que le había provocado una pérdida significativa de sus ahorros. A pesar de múltiples intentos de contactar al casino e incluso de iniciar acciones legales, se sintió ignorada. La jugadora había contado detalladamente cómo su hijo había podido acceder a su información personal y bancaria, y confirmó que la policía lo había acusado de fraude. Sin embargo, el Equipo de Quejas explicó que sin pruebas indiscutibles que demostraran que la cuenta no fue creada por el jugador, no podían ayudar más. También aclararon que el casino no estaba obligado a reembolsar el dinero perdido incluso si se proporcionaba dicha evidencia. Se recomendó al jugador que se pusiera en contacto con las autoridades de licencias para obtener más ayuda.