La jugadora de Eslovenia había afirmado que el casino había cerrado su cuenta y la de su novio, acusándolos de tener varias cuentas. Ambos habían realizado procesos KYC personales, confirmando que eran personas separadas de hogares diferentes. Más tarde, el casino cambió su razonamiento y sugirió que ella había estado haciendo un mal uso de los bonos. El casino había proporcionado pruebas que demostraban que se había utilizado el mismo dispositivo y dirección IP para ambas cuentas y que se habían empleado estrategias de apuestas similares. El jugador había explicado que estas similitudes se debían a su estrecha relación y entorno compartido. El casino había ofrecido devolver el último depósito realizado como compromiso, lo cual el jugador aceptó. Luego, el casino desbloqueó temporalmente una cuenta para permitir el retiro del depósito. La denuncia había quedado abierta a la espera de confirmación por parte del jugador sobre la recepción del depósito, pero no hubo más respuesta por lo que finalmente la denuncia fue rechazada.