El jugador de Grecia se quejó sobre el RTP del casino, alegando que no había ganado nada. También acusó al casino de haber operado ilegalmente en su país, de haberse negado a cerrar su cuenta a pesar de sus solicitudes y de haberle proporcionado bonificaciones inadecuadas. El jugador había solicitado la devolución de sus depósitos. El casino había defendido su RTP, afirmando que estaba controlado por proveedores de juegos oficiales y que no podían influir en él. El casino también afirmó que no tenían constancia de la solicitud del jugador de cerrar su cuenta. El jugador insistió en que había realizado múltiples solicitudes de cierre de cuenta e incluso había informado del casino al comité de juego local. El jugador había aceptado resolver la queja si el casino le ofrecía un bono importante. El casino había aconsejado al jugador que se pusiera en contacto con su equipo de soporte para bloquear su cuenta. El Equipo de Quejas había aconsejado al jugador que esperara la decisión del regulador al respecto. El caso se cerró por "esperar la decisión del regulador" cuando no se recibió respuesta del regulador dentro del plazo establecido.