El jugador japonés tuvo dificultades para depositar dinero en un casino, ya que los fondos terminaron accidentalmente en la cuenta de su hijo. El jugador había confirmado que tanto él como su hijo tenían cuentas en el mismo casino y que el depósito se había realizado mediante transferencia bancaria. A pesar de los intentos de aclarar la situación, el jugador no brindó más respuestas a las preguntas planteadas por el Equipo de Quejas. Debido a esta falta de comunicación, el Equipo de Quejas no pudo continuar con la investigación ni brindar posibles soluciones. Posteriormente la denuncia fue rechazada.